Necrológicas

Histeria por Internet

Por Jorge Abasolo Jueves 21 de Marzo del 2024

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Me preguntaron hace poco en un foro al que fui invitado, si yo estaba de acuerdo en que Internet ha sido un descubrimiento fecundo…o deletéreo.

La pregunta me dejó más descolocado que payaso en un velorio.

Me limité a decir que la mayoría de los hechos son neutrales. Depende de quien haga uso de ellos. Por ejemplo, con un martillo yo puedo construir una cabaña. Pero, también con ese martillo puedo terminar con la vida de un ser humano.

¿Estamos?

Eso sí, creo que en Chile falta cultura de Internet.

Es cierto que Internet acerca a los que están lejos, no es menos cierto que aleja a los que están cerca.

Lo que me irrita de Internet es que en esta sociedad estamos creando escuelas donde se enseña a los niños a superar exámenes, pero…no se les enseña a pensar. 

Es tanto el superávit de informaciones, que en la actualidad un niño tiene más información que la que tenía un pensador como Aristóteles, en la antigua Grecia,

Claro, eso no significa que el chico posea la sabiduría del filósofo griego.

Por otra parte, un estudio reciente reveló que esta generación nacida al amparo de Internet se ha transformado en una generación que no sabe sociabilizar.

Cuando hay una reunión donde se reúnen gentes de todas las edades, los “cibernautas”, luego de saludar, se tornan más callados que boletero de peaje y sólo atinan a conversar con sus pares.

El resto de la gente no existe para ellos.

El siguiente relato, extractado de la más irreverente realidad, revela los peligros a que nos puede llevar un mundo con demasiados artefactos electrónicos.

Corresponde al diario de vida de un niño chileno habitante de Collipulli, en la Sexta Región:

– Anoche mi mamá y yo estábamos sentado en la sala hablando de muchas cosas.

En medio de la conversación surgió el inevitable tema de la vida y la muerte.

Le dije que de una cosa estaba seguro en torno a los seres humanos: que todos vamos a morir. Es el desgarro del ser humano, pues de lo único de lo que se está seguro, es que vamos a morir y dejar la realidad terrenal.

En un momento de la conversación le dije:

– “Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos que van a una botella.

Si me ves en ese estado desconecta todos los artefactos que me mantienen vivo; y bota todos los líquidos de los cuales dependa. Ante eso, prefiero morir”.

Entonces, mi mamá se levantó y me clavó los ojos con cara de sorpresa que jamás le había conocido, y procedió a desconectarme: el celular, el Internet, el TV cable, el DVD, el iPod, y el Play Station. Como si fuera poco me botó: el whisky, el vodka, el cognac, el tequila y las cervezas que estaban encima de mi cama.