Día de las Regiones y los desafíos pendientes

Este 31 de marzo se celebra el Día de las Regiones, efeméride que busca dar a conocer a la ciudadanía las políticas de gobierno, como la descentralización y la autonomía regional.

Chile es un país diverso y con distintas necesidades, el acceso adecuado a los servicios de salud, a empleos de calidad, educación, agua y saneamiento, áreas verdes, entre otros, no se distribuyen de manera equitativa.

“Espero ser un Presidente que cuando termine su mandato tenga menos poder que cuando comenzó”, afirmó el Presidente Gabriel Boric, cuando era candidato al sillón de La Moneda.

El hecho de provenir de una región extrema como Magallanes, el Mandatario ha reiterado que está comprometido por un Chile desarrollado y
descentralizado.

La descentralización es uno de los ejes centrales ya, que al entregar competencias y recursos a los gobiernos regionales y a los municipios del país, es posible mejorar la calidad de vida de los habitantes del país, y así avanzar en acortar las brechas de acceso y desarrollo de las regiones.

Como parte de este desafío, se han mejorado instrumentos que han venido impulsando el desarrollo de zonas extremas y rezagadas, surgiendo así de este modo el Plan Especial de Zonas Extremas, y que incluye a las regiones de Arica y Parinacota, Aysén y Magallanes.

Un paso significativo que constituye una muestra concreta acerca del avance en la descentralización del país, se dio a comienzos del año pasado, cuando desde el nivel central se traspasó al gobernador regional de Magallanes las facultades de concesión, administración y control de la Zona Franca de Punta Arenas. De esta forma el gobierno de Jorge Flies recibió 3.800 millones de pesos correspondiente al pago anual de la concesionaria, recursos que ingresarán al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para financiar proyectos en la zona.

Esta clara señal de fortalecimiento de los gobiernos regionales, debe ser robustecida con otros gestos, como dotar a las regiones de autonomía presupuestaria, para poder ejecutar los recursos en áreas deficitarias, impactando con ello en la calidad de vida de los habitantes, dejando atrás la burocracia que históricamente ha significado depender de La Moneda o desde un ministerio, desde donde se pretende imponer cuáles son los planes de desarrollo para las regiones, terminando atando de manos a las autoridades regionales.