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Pedro Sánchez se plantea dimitir tras informaciones sobre su esposa donde la acusan de tráfico de influencias

Jueves 25 de Abril del 2024

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El amor no puede con todo. Hacer caer a Pedro Sánchez no es fácil. Resistió cuando tuvo a todo su partido en contra 2016 (cuando llegó a abandonar su escaño) y desde entonces no ha hecho más que poner a prueba su Manual de resistencia. Si el fiasco del 28-M que le hizo perder la mayoría de comunidades autónomas no le hizo rendirse, tampoco se lo planteó cuando salpicó a su gobierno el caso Koldo. Pero ahora la situación es distinta. En el centro de la diana está su mujer, Begoña Gómez, una línea roja para el Presidente del Gobierno, que tras las publicaciones de varios medios de comunicación que le acusan de tráfico de influencias, y después de que un juzgado de Madrid haya abierto diligencias contra ella este miércoles, se plantea dimitir.

De momento, el Presidente ha anunciado que cancela su agenda y que el próximo lunes 29 de abril comparecerá para dar a conocer su decisión final. “No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática”, ha asegurado el Presidente. “Soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer. Necesito parar y reflexionar”, ha agregado.

Para el jefe del Ejecutivo los partidos de la derecha y la ultraderecha no aceptaron el resultado electoral del 23-J. “Fueron conscientes de que con el ataque político no sería suficiente”, indica el Presidente a través de una carta publicada en la red social X, antigua Twitter. Por eso, ahora apunta que “han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un Presidente del Gobierno”. A su juicio, todo se trata de una “estrategia de acoso y derribo que lleva meses perpetrándose”.

“Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa. Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”, ha añadido, visiblemente dolido.

“Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor. A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo. Sí lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero”, ha concluido.

Infobae