Necrológicas
  • José Albino Ruiz Ruiz
Osvaldo Corrales, presidente del Consorcio de Universidades del Estado

“Hoy ninguna carrera universitaria sirve para desempeñarse exitosamente en alguna disciplina”

Jueves 2 de Mayo del 2024

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  • En entrevista con La Prensa Austral, transparentó que la educación universitaria ya no garantiza un éxito en la vida profesional y habló sobre la necesidad que tienen los jóvenes profesionales de seguir especializándose.

 

Marcos Sepúlveda Loyola

 

 

 

Quizás para los magallánicos la figura de Osvaldo Corrales Jorquera es vista con distancia. Es oriundo de cerro Ramaditas de la ciudad puerto. Partió haciendo clases de psicología en la Universidad de Valparaíso y hoy es rector de dicha casa de estudios. No aparece mucho en los medios de comunicación, pero entre sus pares es visto como un actor clave del sector. Es presidente del Consorcio de Universidades del Estado (Cuech), organización que agrupa a las 18 entidades públicas de educación superior y preside la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, instancia integrada por más de 40 instituciones universitarias del cono sur.

Como presidente del Cuech su prioridad ha estado en modificar el sistema de financiamiento de la educación universitaria estatal. “Tenemos una mirada muy crítica, ya que se financia con un sistema de subsidio a la demanda del mismo modo que las universidades privadas”, expresó en conversación con La Prensa Austral.

– ¿Qué opina del actual sistema de financiamiento de la educación superior?

– “Es algo inédito en el mundo, en donde tiene un sistema de financiamiento basal porque se entiende que la educación pública tiene una misión diferente, ya que es la base a partir de la cual el Estado garantiza el derecho a la educación de los jóvenes”.

“Desde el regreso de la democracia que venimos pidiendo este cambio, porque hoy este sistema de financiamiento impide, por ejemplo, que la Universidad de Magallanes pueda tener una posición más consolidada y hacer un mejor aporte al desarrollo regional”.

– ¿El sistema de financiamiento sería el limitante para que las universidades estatales tengan mejores posiciones a nivel internacional?

– “Son dos cosas las que conspiran: el sistema de financiamiento y el regulatorio. Vivimos una contradicción importante porque somos públicas para los efectos del control y las regulaciones, pero somos privadas para los efectos del financiamiento (…) estamos sometidos a las mismas normas de un ministerio o servicio público (…) de alguna manera esto frena o se transforma en un obstáculo porque tienes que competir por el financiamiento y enfrentas eso con las manos atadas por la cantidad de regulaciones que hacen excesivamente dificultosa la gestión”.

– ¿Cómo repercuten en la gestión esas regulaciones?

– “Voy a poner un ejemplo, nosotros estamos sometidos al sistema Chile Compra y eso hace que paguemos un 30% más por un artículo en comparación con comprar de forma directa en el mercado (…) en el caso de los pasajes aéreos el costo llega al doble”.

– ¿Qué eco han tenido estas inquietudes en el gobierno de Gabriel Boric?

– “Nos ha propuesto el proceso de modernización de las universidades del Estado que implica realizar un conjunto de modificaciones normativas a nivel de gestión (…) estamos a la espera que nos presenten un plan más definido”.

“Hemos pedido que exista una ley de universidades del Estado 2.0, para participar en igualdad de condiciones con el resto de las instituciones del sistema. Participamos en una condición desventajosa”.

– Esa condición desventajosa se traduce en peor infraestructura que las instituciones privadas ¿Por ejemplo?

– “Las universidades del Estado, a pesar de ese conjunto de limitaciones, hemos venido mejorando nuestra calidad de enseñanza y en infraestructuras sostenidamente en el tiempo. De partida, todas las universidades hemos aumentado el patrimonio público (…) La educación superior pública es el sector más resiliente de la educación pública del país. Mientras uno ve que los colegios y los liceos públicos están, en muchos casos, en una situación muy decaída, sin embargo, nosotros estamos robustos, a pesar del escenario tan asimétrico”.

El universitario de
la generación X

En 2011 las preocupaciones y exigencias de los universitarios eran sobre el financiamiento del sistema, la infraestructura o el costo de los aranceles. “No más lucro” era la consigna que movilizó a los jóvenes hasta lograr la implementación de la Ley de Universidades. Hoy las preocupaciones giran en torno al exceso de carga académica, los problemas de salud mental y la implementación de la perspectiva de género en las cátedras universitarias.

Según el rector Corrales las casas de estudios están enfrentando una generación de estudiantes con expectativas distintas en materia de bienestar y viene con la idea que la carga académica sea compatible con otras dimensiones de la vida.

– ¿Cómo podría repercutir la baja de la carga académica en la calidad en el perfil de egreso de ese profesional?

– “Hace 30 años la universidad era una educación final y los conocimientos adquiridos tenían que servirle a lo menos en sus 30 años de ejercicio profesional (…) hoy ninguna carrera universitaria sirve para desempeñarse exitosamente en alguna disciplina”.

– ¿Qué desafío significa esto para las universidades?

– “Hay que entender que la educación universitaria ahora es una educación inicial”.

– ¿Ni siquiera transitoria?

– “Es inicial en el sentido de que introduce a una persona en una disciplina, le entrega herramientas para desenvolverse y discriminar lo que es importante en su disciplina (…)Si quiere ser más atractivo para el mercado del trabajo debe mantenerse constantemente en perfeccionamiento. Tendrá que tomar diplomados, programas de magíster, algunos incluso tomarán doctorado porque los conocimientos quedan obsoletos cada dos años”.

“Es desafiante poque nos hace repensar nuestro pregrado y aumentar la formación continua”.

– ¿Cómo un profesional joven puede capacitarse en una formación continua, siendo que los precios son inaccesibles para muchos?

– “Evidentemente tiene que fortalecerse el sistema de becas y la contribución que el Estado hace para que más jóvenes puedan acceder a ese nivel de formación. Hay que desarrollar un modelo que articule mejor el pregrado y el posgrado”.

Gratuidad

Dos de cada cinco estudiantes universitarios cursan su carrera con gratuidad. Esta medida implementada en el segundo gobierno de Michelle Bachelet es valorada por Osvaldo Corrales, quien ve que es una política pública muy virtuosa de cara a la sociedad y para familias que de otra forma no podrían lograr que sus hijos accedan a la universidad; pero tiene aparejada un sinnúmero de paradojas.

– ¿Cuáles son las paradojas que enfrenta la ley de gratuidad?

– “La primera de ellas es que financia sólo la duración teórica de las carreras y para los estudiantes que se atrasan las universidades están obligadas a cobrarle la mitad del arancel, cosa que la mayoría de sus estudiantes tampoco pueden pagar (…) Siempre hemos planteado que la gratuidad debiera cubrir la duración teórica de las carreras más un año porque muchos estudiantes tienen que trabajar o vienen de colegio con menor capital cultural”

“Aunque la gente no lo crea la universidad que recibe mayores recursos por gratuidad no es la Chile ni la Usach, es la universidad autónoma que es una privada no tradicional. La gratuidad se transformó en un sistema que traslada una gran cantidad de fondos públicos a instituciones privadas (…) Estas transforman el dinero público en dinero privado que no está sometido a ninguno de esos controles y restricciones que nosotros tenemos por ser parte del Estado.

– ¿Qué cambio se debería de hacer para revertir esta situación?

– “No tenemos una objeción digamos con que el Estado pueda ayudar a jóvenes a eventualmente acceder a universidades siempre que haya control sobre su calidad (…) Creemos que se debe replicar el modelo que existe en los colegios en dónde existen: públicos, particulares subvencionados y particulares”.

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