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Réquiem por la templanza

Domingo 5 de Mayo del 2024

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Por Arturo Castillo Cabezas.- 

Los hechos humanos y las acciones institucionales de estos días, algunos de los cuales no terminan de consumarse, son un grito que no escucha nadie, de la institucionalidad que se va cayendo a pedazos por la tontería, la conveniencia y la impostura política de unos y de otros, todos investidos de una vacía y grandilocuente buena intención, y como siempre, vertidas en medidas efectistas, al “tuntún” e irresponsables. Si no fuera porque ya sabemos que en este país pueden pasar las cosas más increíbles, sin que nadie deje de ir al mall, uno pensaría que es todo un punto de inflexión, pero no, esto que escribo, es sólo un ejercicio inútil de civilidad, que -en definitiva- importa un bledo.

El catalizador

Lo que aceleró la mezcla de tanto componente que andaba dando vueltas, fue el grave hecho de sangre que terminó con la vida de tres funcionarios de Carabineros, mientras estaban en servicio, asunto que por supuesto merece el repudio más absoluto e indubitable, pero también, y por respeto a las propias víctimas, un tratamiento delicado y no la histeria interesada que nos han regalado los políticos de todo el espectro, aderezados con una cobertura mediática -salvo contadísimas excepciones- populachera y efectista, a punta de frases hechas y lugares comunes. De ello devino lo que someto a la consideración de quien lee, a continuación:

El meme premonitorio

No bien ocurrido el triple homicidio, apareció un “meme” mala leche, que apuntaba hacia la curiosa coincidencia temporal entre ello, y la formalización judicial inminente del general director de Carabineros, y lamentablemente la institucionalidad no “dejó pagando” la mala leche del meme, si no que la justificó.

Hace poco más de una semana, los políticos de la oposición se peloteaban los micrófonos y las cámaras, para pedir la cabeza de los fiscales Chong y Armendáriz, a quienes acusaban de hacerle mal de ojo y pincharle alfileres a la foto del general director. Después de todo el circo, en que no faltaron los que oficiaron de Sr. Corales, resulta que los fiscales decidieron postergar la audiencia de formalización varios meses. Los inquisidores no se han dignado aclarar a la plebe, si ahora los fiscales son amiguis, o sólo obsecuentes y manejables.

Razón de Estado

El numerito me trajo a la memoria el bochornoso episodio de los “pinocheques”, que terminó con el Presidente Frei Jr. ordenando al Consejo de Defensa del Estado desistirse de la causa, y echarle tierra, o en lo posible cemento del más duro, aduciendo “razones de Estado”, mismas que casualmente aparecieron después del “boinazo” del ex dictador y a la sazón comandante en jefe del Ejército, y otros altos oficiales haciendo picnic en las afueras de Punta Peuco.

Pareciera que aunque nadie lo ha dicho con todas sus letras, algo de eso operó nuevamente, porque no hay otro modo de entender que el cumplimiento de la ley y las normas procesales puedan importar desmedro a una institución por lo demás obediente y jerarquizada, que precisamente es una de las llamadas a sostener el estado de Derecho ¿Cómo se debilita la institucionalidad, si no se saltan o acomodan las normas? Eso no lo ha aclarado nadie.

¿Por qué el trámite de formalización, que consiste en comunicarle formalmente a alguien en presencia de un juez y de su abogado, que la Fiscalía lo investiga por eventuales ilícitos, va a poner en riesgo la institucionalidad policial, más aún cuando es vox populi que eso está en marcha hace rato? ¿En adelante, el personal subalterno que hoy es dado de baja a la primera, gracias al precedente del general, seguirá en servicio hasta no ser al menos formalizado? Harto poco deben valer nuestras instituciones, y menos aún la tan cacareada igualdad ante la Ley.

Con un mínimo de respeto por la ciudadanía, la Fiscalía debe exponer claramente qué criterios aplicará de ahora en adelante, para suspender audiencias de formalización, más aún si casi simultáneamente le prohibió salir del país a un alcalde que viajaba con pasaje de ida y vuelta, no está ni siquiera formalizado, y su comparecencia estaba fijada no para el 7 de mayo, si no para octubre ¿Cuál será la norma en adelante? En un país medianamente serio, el sistema judicial procura ser lo menos arbitrario y antojadizo posible, y para eso son las normas procesales, de modo que todos sepan a qué atenerse, y que aquí quedaron colgando. ¿Si el general director quiere salir del país, lo va a frenar la PDI en el aeropuerto, por orden de algún fiscal -no de un juez- igual que al alcalde?

Volteretas y contorsiones

El general director de Carabineros si llega a ser formalizado, lo será por su responsabilidad de mando, al haber estado a cargo de las fuerzas de orden durante el “estallido social”, teniendo entre otros resultados, el que más de 500 personas sufrieran graves traumas oculares u otros vejámenes. En su momento el diputado Gabriel Boric hizo serias, y aparentemente fundadas acusaciones contra el alto mando, y en diversas instancias -muchas de ellas ya pasada la adrenalina del momento- en que llamó a refundar Carabineros de Chile, y crear una institución respetuosa de los DD.HH. lo que probablemente le granjeó muchos votos que hoy están en descampado, ya que su actual posición es otra, y estima que debe respaldar a quienes ayer criticaba con tanto ahínco.

El actual Presidente decía en octubre de 2020 “…no tengo intenciones ni aspiraciones presidenciales. Me falta mucha experiencia todavía para asumir un desafío de esas características”. Al parecer nadie le preguntó cómo logró en un año adquirir todas las competencias que le faltaban, lo que está claro es que las intenciones y las aspiraciones no se tardaron, y los que no preguntan, lo eligieron igual.

Lo anterior al lado de personas que perdieron uno o dos ojos, que aún hoy no se recuperan del trauma, pasa a ser una anécdota, como lo es centrarse en repudiar a un cierto can famoso durante las protestas, en lugar de explicarnos por qué, quienes él consideraba responsables de los graves atropellos o lesiones sufridas por más de medio millar de compatriotas, ahora necesitan espaldarazos y evitarles o retrasarles juicios que nuestra legislación dispone ¿Qué lo llevó a tales convicciones, o es sólo que al igual que su predecesor, considera que hay “razones de Estado”? ¿Si en su gobierno llegase a pasar lo mismo, respaldará a la institución y dejará en descampado a los lesionados? Al menos don Lalo lo dijo con todas sus letras.

Suma cero

Otra manera de ver la cosa, es pensar que los muertos pueden “netearse” con las víctimas de violaciones a los DD.HH. y así llegar a un resultado de suma cero. Habrá que hacer una tabla que permita netear tantos policías asesinados, por equis causas de DD.HH. amnistiadas, para no andar improvisando, porque mal que mal los tuertos en algo andaban metidos, no son blancas palomas… salvo que los tuertos, ciegos y apaleados hubiesen sido cubanos o venezolanos en sus países, porque ahí sí que la gritadera no la para nadie.

El réquiem y la templanza

Réquiem, del latín, es descanso, pero lo asociamos a ese descanso eterno que deseamos a los moribundos, por su parte, la templanza es una de las cuatro virtudes cardinales del catolicismo, pero en su uso moderno, es definida como moderación o autocontrol voluntario, lo que en nuestra clase política brilla por su ausencia y por el contrario hace gala de ideas lanzadas a troche y moche:

Algunos proponen que aquello derogado por el Presidente Piñera, de que asuntos civiles fuesen visto por la Justicia Militar (JM), sea retrotraído de inmediato. Nadie explica por qué sería conveniente, en circunstancias que la JM debe juzgar asuntos propios del ámbito castrense “inter pares”. A menos claro, que sea pura nostalgia por el fiscal Torres, y una justicia que era a todas luces parcial. Si los políticos quieren esto, deben partir por explicarnos a nosotros y al Poder Judicial, por qué en los casos en que se afecta a civiles, en su vida civil, deben guiarse por normas militares.

Otros piensan que todo es cosa de cambiar el reglamento de uso de la fuerza ¿De veras creen que los tres carabineros asesinados recién, estarían vivos con otro reglamento… de veras piensan que estos suboficiales con años de servicio distinguido, se dejaron matar por culpa del reglamento? ¡Por favor! Y esto es grave: nadie dice una palabra acerca de la calidad del entrenamiento de este personal que a bordo de una camioneta blindada, termina de esta forma, y que se entienda: no se trata de culpar a las víctimas, si no de indagar la realidad para entenderla y mejorarla, porque el entrenamiento ya sea para enfrentar o eludir, y no los reglamentos le van a salvar la vida a sus camaradas. Y en eso, tampoco nadie le cobra nada al mando.

Cierro este artículo con desazón: no me parece sano un país en que todo se hace a matacaballo, en que la angurria por el voto, el poder y los beneficios que trae, convierte a los que deberían ser los mejores, en aprovechadores acomodaticios. No quiero un país en que como dijo cierto político de fuste “los civiles hacemos como que mandamos, y los uniformados hacen como que obedecen”, un país en que cuidar a las instituciones que son parte de la nación y a sus mandamases, es más importante que cuidar a la nación misma y los valores que deberían conformarla y mantenerla con templanza, porque además la gran mayoría que se comporta decentemente, no tiene idea de cuáles son las penas de cada delito; actúa en función de valores y principios propios, y los que toman las armas no las van a dejar porque cambie un reglamento: evidencia de la ineficacia disuasiva de la norma penal, hay de sobra, y para entenderlo y actuar en consecuencia, se requiere templanza.