Necrológicas

Eliminación del Impuesto Específico a los Combustibles o impuesto diferenciado en Chile

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 6 de Mayo del 2024

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Según informes que obran en la Biblioteca del Congreso Nacional, el Impuesto Específico a los Combustibles impacta alrededor de un 45% en el valor de la gasolina de 93 octanos, probablemente la más utilizada por los chilenos. Si a esto, además, le aplicamos el infaltable Iva, el valor salido de refinerías chilenas, es duplicado con estos impuestos, para que usted, yo y todos los chilenos, paguemos más del 50% del valor de un litro de combustible sólo en concepto de impuestos para el fisco de Chile. El valor del litro perfectamente podría costar menos de $900 de no aplicarse este impuesto.

Hemos escrito en varias ocasiones respecto de la usura que significa que el Estado de Chile, aplique un impuesto tan regresivo, es decir que impacta con más fuerza a quienes menos tienen y a quienes no pueden efectuar rebaja tributaria como sí lo pueden hacer las empresas de transporte terrestre o mejor, en el caso de las empresas forestales, las empresas navieras o las empresas aeronáuticas a las cuales NO LES APLICA el Impuesto Específico a los Combustibles.

¿Y cuál es el origen de este Impuesto Específico a los Combustibles? Se remonta a la dictadura pinochetista, cuando posterior al desastre producido por el terremoto del 3 de marzo de 1985, se dictó y complementó con normas anteriores, de aplicación de impuestos, un Impuesto Específico a los Combustibles, que entre sus fundamentos, se contaba con la reconstrucción de Chile y en específico de sus carreteras y vialidad estructurante.

A propósito de la vigencia de este impuesto gravoso de aplicación casi diaria a beneficio del fisco de Chile, ¿permitirá que se tape el cráter, hoyo o “evento” de proporciones desastrosas (para los pequeños vehículos y sus propietarios) que pasan por el puente Leñadura? o que se arregle la Avenida Colón a la altura de Patagona o la Avenida España a la altura de Bellavista.

Ah¡¡ Es que estos lugares nombrados sólo como ejemplo, son urbanos y el Impuesto Específico aplicaría para la reconstrucción de carreteras esencialmente. La “verdad verdad” es que este pingüe negocio para el Estado, va a cualquier cosa o necesidad que este mismo estima es prioridad. 

Pero no me quiero tentar escribiendo de las falencias cada vez más crecientes en la mantención de la Vialidad (urbana y rural) y de la “mala calidad de las obras públicas ( acá en la región ya está para escribir un tratado), sino que la finalidad de la columna, es indicar que si al Supremo Gobierno no le acomode o no estime que es plausible la eliminación del Impuesto Específico a los Combustibles, pues “HAY QUE RECAUDAR COMO SEA”, al menos planteamos un sucedáneo, algo tan de moda en estos tiempos.

¿Qué planteamos ante la negativa y el mutismo para eliminar el Impuesto Específico a los Combustibles que grava con más del 50 por ciento el valor del litro que cada chileno paga en el surtidor todos los días o una vez  a la semana si es ordenado, formal y cortés?

Pues que pueda evaluarse y aplicarse, un Impuesto Diferenciado, que aplique la distancia o discrimine positivamente el factor lejanía del centro del país, es decir que aplique un factor geopolítico y descentralizador de su gravitante y exasperante centro como lo es la capital, Santiago de Chile. A propósito, siempre me he preguntado, ¿por qué los combustibles más baratos a expendio están en Santiago de Chile?, siendo que allí entiendo, no están ni los puertos por donde se reciben los combustibles comprados como crudo en el extranjero, ni están las refinerías de Concón, Petrox o Gregorio.

Como esta distorsión que favorece a los santiaguinos (además de tener la fruta, verdura, recitales, fútbol, red de metro y un “cuanto hay” más barato y accesible que todo el resto de Chile), propongo un sistema ordenado y legislado, de un ajuste o readecuación de la Ley 18.502 (Ley de aplicación del Impuesto Específico a los Combustibles) por una Ley que aplique un IMPUESTO DIFERENCIADO, y aplique con mayor bondad, generosidad o EQUIDAD, a los puntos más alejados de la gran capital, es decir que los puntos más rebajados sean sus extremos y progresivamente vaya engrosándose a los guarismos que hoy se aplican principalmente en los puntos más favorecidos como significa vivir en el centro del país.

Hemos sido firmes partícipes y lo hemos estampado en estas columnas, de que se eliminará el Impuesto Específico de los Combustibles, pero ante la pertinaz negativa de éste y los gobiernos anteriores de eliminarlo, al menos creemos que sería de justicia, equidad y de una visión de desarrollo integral del país y sus regiones, que se aplicara un menor impuesto específico a los combustibles, de manera de que en Puerto Williams no termine costando $2.000 el litro de bencina, algo de lo que así como vamos no está lejos de suceder.

No por mantener un impuesto regresivo extremo y que tiene a la gente descuerada se cuidará más el medio ambiente Presidente. Aplique impuesto a las forestales, las navieras y aeronáuticas y aplique un modelo de equidad. No por madrugar amanece más temprano.