Necrológicas
Dice que el cadáver sí tenía lesiones

Mamá del conscripto fallecido exige segunda autopsia

Lunes 6 de Mayo del 2024

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  • Romy Vargas contradice el informe del Servicio Médico Legal que descartó intervención de terceras personas en el deceso de Franco, de 19 años.

 

Romy Vargas, madre del conscripto fallecido tras una marcha de instrucción militar en Putre, Franco Vargas, sostiene que el informe del Servicio Médico Legal (SML) que descartó intervención de terceros en su deceso no es verídico, pues afirma que el cadáver evidenciaba diversas lesiones al momento de concurrir ella a reconocerlo.

La mujer contó que ella debió ser retirada de la sala del SML por su reacción emocional, y señaló que los comunicados emitidos por el Ejército fueron cambiando las versiones del hecho a medida que transcurrían los días.

“Me sacaron; el que se quedó ahí fue mi papá, mirando bien, y él pudo mirar más detalles y sí, dijo que tenía golpes”, dice Romy Vargas.

“Yo me enteré que ahora el SML entregó un comunicado de que no hay participación de terceras personas, pero yo no sé si será el mismo papel que me dieron ese día; lo desconozco, porque si es uno nuevo, no me llegó a mí”, explicó, señalando que su objetivo ahora es reunirse con el Presidente de Gabriel Boric.

También pide que el comandante en Jefe del Ejército, Javier Iturriaga, retire de las filas castrenses a quienes, según ella, son los responsables de la muerte de su hijo y del supuesto encubrimiento de sus causas.

“Lo digo con claridad: cuando yo me fui del Servicio Médico Legal, los militares entraron al Servicio Médico Legal en ese momento, cuando empezaron a hacer la autopsia, por lo que yo exijo una segunda autopsia, sin intervención de la Fiscalía Militar. A mi hijo lo acepté recién este miércoles, no llevo ni siquiera una semana, pero yo necesito esclarecer la verdad”, enfatizó.

Versión contraria
al Ejército

Varios conscriptos del mismo regimiento al que pertenecía el soldado fallecido, la Brigada Motorizada N° 24 “Huamachuco”, han logrado salir de baja debido a la insistencia y gestión de sus familias.

Ellos mantienen su relato de que se les obligó a marchar sin abrigo, que recibieron malos tratos y que dentro del regimiento existen malas condiciones, como chinches en los colchones y falta de implementos.

“Yo viví una agresión de parte de un teniente: se nos obligó a sacarnos el cargo para el frío extremo, se nos obligó a marchar solo a polera y camisa y nuestros instructores tampoco daban el ejemplo, porque ellos sí andaban abrigados”, acusa el ahora ex conscripto Cristóbal Sanhueza, quien acusa que fue pateado en la cabeza.

“Como experiencia propia de esa marcha, yo jamás había sentido un frío tan grande en mi vida, realmente sentí que iba a perder mis dedos; lloré por el frío y me opuse a mis instructores y no se me ‘pescó’, y muchos hicieron lo mismo. Y quiero dejarlo claro, que eso de que nosotros marchamos con abrigo, las fotos que están mostrando, no sé de qué instrucción será, pero no son de ese día de marcha”, manifestó el ex soldado, quien insiste en que recibieron ‘aporreos’ por parte de los instructores.

No todos los
conscriptos han
podido retirarse

Sin embargo, no todos han tenido la misma suerte que Cristóbal para poder retirarse del servicio militar, ya que hay algunos soldados que, pese a los reclamos de sus familiares, no han podido salir dados de baja.

Heidy Henríquez, madre de uno de ellos, acusa que se le está presionando para que su hijo firme un documento que declara que los conscriptos nunca recibieron malos tratos y, en caso contrario, la baja no ocurrirá.

“Es lo único que quería decir. Está muy asustado, ahora no quiere nada, lo único que quiere es salir de aquí e irnos a la casa. Y cuando llamaron del Ejército, él se asustó más. Se asustó más porque el Ejército me dice que él aún pertenece al Ejército y yo ayer anoche (por el sábado), cuando lo saqué, yo firmé el último papel, mi hijo firmó todo”, explicó Henríquez.

“El único papel que no firmó él fue la declaración donde dice que a él no le hicieron ni un daño psicológico ni nada de eso. El no quiso firmar ese papel, y el Ejército no le va a dar la baja hasta cuando lo vean allá, le hagan exámenes y el (personal) psiquiátrico le dé el alta. Y yo renuncié a todo eso. Yo ya no quiero nada con el Ejército”, manifestó.

Piden esclarecer
la situación

Desde el Congreso, el diputado Rubén Oyarzo pidió una sesión especial para que se entreguen más antecedentes de este hecho, al igual que su par de RN, Diego Schalper, quien ofició a la ministra de Defensa, Maya Fernández, y al comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga.

Además, el senador Gastón Saavedra (PS) advirtió que, en la comisión de Defensa y Derechos Humanos de la Cámara Alta de este martes, pedirá explicaciones a la ministra Fernández y al Ejército por la salud de los soldados.

Cooperativa

 

 

Gobierno: “No puede haber impunidad”

La ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), afirmó que en el caso de Franco Vargas (19) -conscripto de la Brigada Motorizada N° 24 “Huamachuco” que falleció por presuntos problemas respiratorios en Putre- no habrá “impunidad” y que se deben aplicar “todas las sanciones” que correspondan.

Entrevistada en Meganoticias, la ministra señaló que “no puede haber impunidad, aquí se tiene que esclarecer todo lo ocurrido. La investigación tiene que ser rigurosa, con toda la celeridad, pero rigurosa, y que se tomen todas las sanciones”.

“Es muy importante el proceso y lo que diga la Fiscalía”, sostuvo Fernández, y agregó que la prioridad de Defensa es “darles las garantías a todos los soldados”.

Fernández también enfatizó la importancia de la investigación que se está llevando a cabo a fin de que se sancionen las eventuales responsabilidades.

Asimismo, la titular de Defensa señaló que su cartera ofició “al Consejo de Defensa del Estado (CDE) para que evaluara hacerse parte de este proceso investigativo”.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) también anunció la presentación de una denuncia ante el Ministerio Público.

 

Versión del Ejército

El relato de la madre del conscripto muerto se contrapone con la postura que sostiene el Ejército respecto al caso: el viernes el general Rodrigo Pino, jefe del Estado Mayor del Ejército, puso en duda la presunta agresión al conscripto Vargas, al señalar que en la institución castrense “los maltratos físicos a los soldados están prohibidos, no son aceptados”, y que los antecedentes relatados todavía no cuentan con una “comprobación” efectiva.

En ese sentido, “se han abierto los sumarios administrativos, y además, se han puesto esos antecedentes en los tribunales militares, a fin de poder determinar esos aspectos, que han salido publicados sin que hasta el momento exista una comprobación respecto de ellos”, cuestionó Pino, aludiendo al relato de la madre del malogrado recluta Franco Vargas.

Además, el jefe del Estado Mayor dijo que las imágenes de la marcha en cuestión demuestran que “los soldados iban con ropa de abrigo y en las condiciones de equipamiento mínimo” para este “proceso de aclimatación” en el Altiplano, cuyo objetivo era “llegar a una condición óptima de entrenamiento, de acuerdo a las exigencias propias de la vida militar”.

 

 

Madre acusa golpiza mortal

Romy afirma que los compañeros de éste le contaron que fue asesinado a golpes por un capitán del Ejército.

“Me comentaron que a Franco se le rompió una cantimplora, que le avisó a su superior y le dijeron que tenía que seguir solamente, y él empezó a manifestar que tenía mucho frío y vino un capitán y lo golpeó, y empezó a decirle que era un ‘maricón’, que no lo quería vivo, que lo quería muerto, y siguió pegándole”, señaló Romy Vargas en diálogo con Cooperativa.

“Cuando él (Franco) se desmayó y despertó -creo que se desmayó como dos veces-, después este tipo dijo: ‘Noo, ya muérete’, y empezó a pegarle, y cuando mi hijo murió dijo: ‘Un pelao menos’, así de crueles fueron”, agregó la mujer, a partir de los testimonios que dice haber recogido de los testigos.

Romy Vargas afirma que a los altos mandos de la institución “se les salió (la situación) de las manos y no saben qué hacer, y son viles cobardes porque no me quieren dar la cara, y hay otras cosas que los niños están sufriendo, que se quieren volver a casa y no se los permiten, entonces, no sé qué tanto esconden; no sé por qué esconden la verdad”.