Trinomio antártico

En una oportunidad mientras esperábamos a orillas de bahía Fildes, en la isla Rey Jorge que nos transportaran en un bote zodiac hacia una embarcación de la Armada de Chile, hacíamos todos los preparativos de seguridad, guantes, gorro, abrigo y ajustarnos el chaleco salvavidas, proteger los bultos y equipos correspondientes y que usaríamos en nuestra misión próxima en la Península Antártica. A la distancia veíamos cómo velozmente se acercaba este bote en el que nos subiríamos como 12 personas. Se aproxima a la orilla y nos disponemos a subir, cuando de pronto el “botero” sosteniendo los mandos del motor fuera de borda, muy abrigado y el rostro cubierto con “pasamontañas” y las antiparras, pronuncia y emite con voz fuerte…”todos suben menos el señor de parka roja” …todos quedamos atónitos y dudando del color de nuestras ropas y el único que cumplía esa restricción era yo mismo con mi rostro descubierto, abrigado fuertemente con mi vestuario de color rojo…me sentí señalado, el resto de mis compañeros ni siquiera preguntaron, obedientes…subieron en silencio y yo ya pensaba que tendría que quedarme en la orilla quizás esperando un segundo turno…fue lo más inocente y aceptable de parte mía en hacer caso de dicha instrucción….De pronto el mismo botero, señala:.. “Ahora sí profe…suba…se asustó haaaaa??…el botero se saca su pasamontañas y se acerca a saludarme más afectivo con un abrazo…era nada menos que un ex alumno del glorioso Instituto Don Bosco de Punta Arenas, al cual lo tuve de alumno en mis clases de educación física en todo su periplo educacional, desde pequeño hasta su adolescencia, graduándose de la enseñanza media. 

Su grata broma, indica el valor de confianza de poder dirigirse a mí como su “profe” y que de alguna manera haga resaltar ese vínculo amistoso, cultivado en 12 años compartiendo durante sus estudios. Hoy me lo encuentro en las redes sociales, felicitando siempre las actividades educativas antárticas, es más, en algún momento y de manera espontánea, me invita y me indica a que próximamente llegará a Punta Arenas en un regalo para la región, navegará desde el norte del país hasta nuestra Región de Magallanes y Antártica Chilena conformando la dotación del remolcador Lientur. Espero que esta invitación no sea alguna de sus bromas para el “profe”. La notoriedad de que nuestra ciudad, puerta entrada a la Antártica, aloje en sus puertos en los próximos meses, no sólo al Lientur sino al ya conocido Marinero Fuentealba y obviamente la guinda de este trinomio antártico como así lo refleja en sus palabras el mismo comandante en jefe de la Armada de Chile, el almirante Juan Andrés de La Maza, será el arribo del rompehielos chileno Oscar Viel a nuestra ciudad para permanecer como unidad permanente, cuya construcción se efectuó en los astilleros chilenos de Asmar Talcahuano. Imagino que será un momento de celebración, de alegría y también porqué no decirlo, un momento educativo para que nuestros alumnos y alumnas, sobre todo los establecimientos que están trabajando el Sello Antártico Educacional, puedan apreciarlo a su arribo, puedan visitarlo y comenzar a desarrollar en ellos el afecto pertinente de su identidad, el sentirlo patrimonialmente como una herramienta necesaria para consolidar aún más nuestra territorialidad antártica y subantártica, invitando a todos los puertos de nuestra región a adherirse a esta recepción. 

Con cierto orgullo debo distinguir que la misma “madrina” del Viel, la Dra. Santibáñez, está siempre a escasos metros de mi lugar de trabajo, así que estoy al alcance de hacer algunas señales y de lograr no sólo la visita en conjunto con mi querido alumno en el Lientur, sino también permitirnos la visita del impecable y notable rompehielos Viel. Es oportuno destacar que nuestros “colegios Sello Antártico” ya se aprestan a celebrar el Mes del Mar enfocado en el océano Austral con el slogan: “El nuevo océano, el más Austral”.