Todo se conecta, especialmente en el mar
Daniela Droguett,
Coordinadora Programa de
Conservación Marina de WCS Chile
En la Región de Magallanes, la comunidad mantiene una íntima relación con el mar. Cada una de sus principales ciudades, en cada comuna, cuenta con su propio puerto o terminal de pesca, así como una costanera que refleja la actividad portuaria con fines turísticos, pesqueros, de investigación e incluso conexiones con los mares antárticos. Más allá de estas actividades, existe un vínculo estrecho entre los habitantes y el mar, que abarca desde lo económico hasta lo espiritual.
Los paisajes y ecosistemas de esta región albergan una enorme biodiversidad que constituye la base de las actividades regionales; esta puede ser contemplada, como en el caso de las ballenas, pero también consumida, como los ostiones, centollas y erizos. Evidenciando una relación estrecha entre la economía y la naturaleza. Sin embargo, en ocasiones tendemos a separar y contraponer estos aspectos.
El concepto que reconoce esta interdependencia se conoce como servicios ecosistémicos o contribuciones de la naturaleza a las personas. Estos beneficios, tanto visibles como invisibles, son a menudo dados por sentado, pero la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, amenazan con su extinción.
En este contexto, buscar el desarrollo sustentable, es decir, la conservación de los recursos marinos y otras especies de interés económico es crucial para evitar “matar la gallina de los huevos de oro”. Mantener ecosistemas saludables garantiza la continuidad de los recursos que sustentan nuestra economía. Asimismo, el avistamiento responsable de delfines o ballenas, y la preservación de espacios libres de contaminación, contribuyen a la atracción turística y al cuidado de los servicios que proveen nuestros ecosistemas.
Es fundamental comprender que todo está interconectado y que existen efectos en cadena en la naturaleza. Celebro el esfuerzo y el interés en el cuidado de los ecosistemas demostrado por el sector de la pesca artesanal en la región, como lo evidenció la movilización para establecer la veda extractiva del huiro. Esta iniciativa, única en el país, surgió de la experiencia y el conocimiento directo de quienes trabajan diariamente en el mar.
En el contexto de crisis global, enfrentamos el desafío de pensar y actuar localmente. La región posee recursos pesqueros y biodiversidad marina de gran interés mundial, por lo que es crucial trabajar colaborativamente en su conservación. Valoramos la confianza y el aprendizaje mutuo que hemos desarrollado con la comunidad pesquera artesanal, cuyo compromiso y apertura han sido fundamentales para avanzar hacia el desarrollo sustentable de nuestra región. Aunque complejo, este esfuerzo conjunto es indispensable para alcanzar objetivos comunes.