“Desaparecidos en la noche”: thriller a la italiana
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Italia, 2024
Director: Renato De María
Protagonistas: Riccardo Scamarcio, Annabelle Wallis
En Netflix
Esta película recién estrenada en Netflix figura en su ranking como una de las más vistas en la semana, un dato que si bien puede ser parte de una estrategia de marketing de la propia plataforma, también motiva a prestarle atención y encontrar ciertas respuestas al por qué de dicha tendencia.
Su historia no es original pues se trata de un remake de la película “Séptimo”, producción argentina española estrenada el año 2013 con el actor trasandino Ricardo Darín y la hispana Belen Rueda, ambos como una pareja en proceso de separación y que en un ir y venir entre el ascensor y las escaleras del edificio donde se encuentra su departamento, extravían a sus dos hijos en una situación donde se puede sospechar de todo, desde un secuestro, una abducción o simplemente que se los tragó la tierra. Aquella primera secuencia era delirante porque la desaparición se producía en un reducido espacio y tiempo; y lo que era un juego común infantil se convertía en un momento de desesperación, misterio y hasta terror.
En la versión italiana, Pietro y Elena debaten con los abogados la custodia de sus hijos y la escena deja en claro que el amor de él hacia ella aún no se desvanece. Entonces mientras Pietro se encuentra con ellos en su residencia campestre, constata que sus hijos ya no encuentran en sus dormitorios. Al comienzo cree que es un juego, pero después descubre que es algo peor: han desaparecido.
Lo que viene de allí en adelante es la desesperación de Pietro por encontrarlos y entre medio comienzan a aflorar pequeños datos donde todos pueden ser sospechosos, desde un tipo que viene a cobrar sus deudas de apostador, un viejo amigo vinculado al narcotráfico o simplemente la mala y aleatoria fortuna.
“Desaparecidos en la noche” se despliega con un guión más inteligente que el de la versión original, principalmente por su realismo, acentuado con las creíbles actuaciones de sus personajes, donde se evoca al mejor cine de suspenso de Alfred Hitchcock en su ritmo, música, fotografía y cierta ambigüedad del relato.
Entre ellas, la sudorosa travesía de Pietro con una bolsa repleta de cocaína y después con dinero, donde uno sospecha que algo puede pasar a caerse en el camino; o el posible juego de ilusiones donde la intriga podría ser tan sólo el producto de su estado mental.
La inteligencia y credibilidad del relato se pierde con ciertas licencias como cuando a Pietro se le caen las bolsas de cocaína en plena carretera o el beso pasional entre él y Elena en medio de… la desaparición de sus hijos. Pero esos flancos pasan a convertirse en un detalle porque a modo general, la historia atrapa y, salvo ciertas situaciones, pocas veces suelta.
Pero en el fondo, “Desáparecidos en la noche” no es más que eso. Una historia bien contada para pasar un buen rato.
Y esto en el cine, aunque sea desde las plataformas, se agradece.