“La temporada de turismo para Magallanes sigue siendo incierta”
- La entidad sostiene que las acciones de promoción realizadas por el sector privado son insuficientes,
“ya que no son acompañadas por inversión en promoción turística por parte del sector público”.
“La temporada de turismo para Magallanes sigue siendo incierta, las acciones de promoción realizadas por el sector privado se hacen insuficientes, ya que no son acompañadas por inversión en promoción turística por parte del sector público”.
Así de tajantes responden en la Cámara de Turismo de Ultima Esperanza sobre las proyecciones de la actual temporada en la región.
Recalcan que el turismo de Magallanes depende de los turistas extranjeros y Chile fue el último país en el mundo en minimizar las restricciones sanitarias para ingresar al país y “eso nos dejó fuera de la visibilización de destinos internacionales por mucho tiempo”. Además, se debe considerar que los principales países que llegan a este destino están experimentando una desaceleración generalizada y más acentuada de lo previsto, con la inflación más alta registrada en varios decenios en la actividad económica a nivel mundial.
Nivel de gasto moderado
Adriana Aguilar, gerenta de la Cámara de Turismo de Ultima Esperanza, señala que la Región de Magallanes fue la última en iniciar la reactivación turística por la situación sanitaria de una zona aislada y por la accesibilidad hacia este destino turístico que implica la conectividad aérea. Por ello considera que “la actual dinámica económica que vive Chile hace suponer que el nivel de gasto por parte del viajero nacional será moderado”.
Por lo anterior, se cree que el número de turistas extranjeros será bajo en comparación a temporadas previas a la pandemia y que el gasto del turista nacional será coherente a la situación económica actual que vive Chile.
Movimiento de pasajeros
Al considerar el movimiento de pasajeros, advierte que la llegada de turistas a la fecha no supera los números de visitantes que había hace 10 años. “Seguimos en una etapa inicial de recuperación que se ve frecuentemente interrumpida por situaciones externas al esfuerzo que hace el sector privado del turismo por encaminar la reactivación turística”, agrega.
Por otra parte, se debe avanzar en la normalización del destino, por ejemplo, abriendo todos los pasos fronterizos que aún no están operativos y ampliando los horarios de atención en frontera de los principales corredores binacionales de Magallanes.
Paro de guardaparques: “Fue un duro golpe para
el sector
Respecto al reciente paro de guardaparques de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el gremio del turismo sigue apoyando sus demandas, pero reconoce que esta movilización fue un duro golpe para el sector “por el pésimo manejo de la situación que tuvo el gobierno, lo que repercutió en efectos negativos para las empresas de menor tamaño que dependen del turismo que genera el Parque Nacional Torres del Paine. La empleabilidad regional que produce el turismo en Magallanes se verá afectada gravemente, ya que las pérdidas económicas desestimarán las nuevas incorporaciones laborales del sector turismo y comercio”.
“Junto a todos los gremios de la región hemos hecho todos los esfuerzos posibles por visibilizar la problemática y el inadecuado manejo de las áreas silvestres protegidas. Sin duda, las sentidas demandas de los guardaparques evidenciaron todas las debilidades existentes de las que se debe hacer cargo la autoridad nacional para evitar que situaciones como estas vuelvan a ocurrir”, recalcan.
Los representantes del turismo en Ultima Esperanza esperan ser incorporados a la mesa de trabajo de las áreas silvestres protegidas y de todo lo que signifique mejorar la conservación y la dignidad laboral de los guardaparques para evitar situaciones como éstas, que han dejado una pésima imagen para el destino turístico. Enfatizan que “la principal fuente de ingreso que tienen las áreas silvestres protegidas es gracias al turismo. Si aumentan los visitantes al Parque Nacional Torres del Paine es porque el sector privado invierte en la promoción de este destino turístico. Esto significa que los recursos que permiten abastecer de lo necesario para que las áreas silvestres protegidas funcionen mayoritariamente provienen del sector privado y un aporte mínimo lo genera el Estado”.