Seguridad escolar: una responsabilidad ineludible

La seguridad en los colegios es un aspecto fundamental para garantizar un entorno propicio para el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes. Sin embargo, en los últimos tiempos, hemos sido testigos de una creciente preocupación por los problemas que afectan a nuestras escuelas, especialmente en lo que respecta a ingresos nocturnos, hurtos, robos y actos vandálicos.

El Colegio de Profesores de Punta Arenas expresó su preocupación sobre este problema y ello no debe pasarse por alto. Los informes de ingresos no autorizados durante las horas nocturnas, así como los incidentes de robo y vandalismo, plantean serias interrogantes sobre la efectividad de las medidas de seguridad actuales en nuestros colegios o, más bien, la falta de éstas.

Por ello, es especialmente inquietante la respuesta del director del Servicio Local de Educación Pública (Slep) ante estas preocupaciones. Argumentar que la seguridad escolar no es un ítem contemplado en el presupuesto o que la licitación para la instalación de cámaras de vigilancia podría demorar resulta inaceptable. 

La seguridad de nuestros estudiantes, del personal escolar y de los establecimientos no puede ser tratada como una cuestión secundaria o pospuesta indefinidamente.

Es imperativo que las autoridades educativas tomen medidas concretas y urgentes para abordar estos problemas de seguridad. Esto incluye la implementación de sistemas de vigilancia adecuados, como cámaras de seguridad, así como la mejora de la iluminación y el fortalecimiento de los protocolos de seguridad en los accesos a los establecimientos educativos.

Además, es crucial involucrar a toda la comunidad educativa en la promoción de una cultura de seguridad y respeto dentro de los colegios. Esto implica no sólo la colaboración de los directivos y docentes, sino también la participación activa de los estudiantes y sus familias en la protección del entorno escolar.

En última instancia, la seguridad escolar requiere un esfuerzo conjunto y coordinado entre el gobierno, las instituciones educativas, las fuerzas del orden, la guardia municipal y la comunidad en general para garantizar que los estudiantes interactúen y aprendan en un ambiente seguro y que los establecimientos escolares no sufran ningún tipo de vulneración del tipo delictual.

También este tema podría ser un ámbito de acción para las empresas instaladas en Magallanes, dentro de lo que son sus políticas de responsabilidad social empresarial.

Es hora de actuar con determinación y compromiso para resolver estos desafíos y asegurar el bienestar de nuestros estudiantes.