“Sí, yo lo maté”, le confesó a su pareja colombiano formalizado ayer por el asesinato en el motel
- Un “voucher” de pago con tarjeta de crédito llevó a los PDI a un local nocturno, donde víctima y victimario, estuvieron compartiendo en la previa al crimen.
Conectado “vía Zoom” desde la cárcel de Punta Arenas, el ciudadano colombiano Jesús David Londoño Astaiza, escuchó la formalización de cargos en su contra por el delito de robo con homicidio, en contra de René Márquez Arismendis.
La Brigada de Homicidios de la PDI logró desentrañar el macabro hallazgo de una persona ultimada con a lo menos 20 puñaladas, en una de las piezas del Motel Platinium, en calle Armando Sanhueza Nº1732.
Detalles del primer crimen de este año en Punta Arenas se conocieron ayer, cuando el fiscal Sebastián González Morales formalizó en audiencia al único sospechoso del hecho de sangre, y pidió la prisión preventiva.
Antes de exponer antecedentes, como declaraciones y exhibir fotos, hizo la prevención a los familiares que estaban en la sala, del fuerte contenido de las mismas. Por si querían retirarse unos minutos de las dependencias del tribunal.
Previo al asesinato
En las horas previas al homicidio, la víctima estuvo en casa de una tía, donde bebió dos cervezas. Antes de la medianoche salió y se reunió con el colombiano. Compartieron primero en un local nocturno de calle Errázuriz y posteriormente, avanzada la madrugada del sábado 20 de abril, se fueron al Rilán, ubicado en España con Balmaceda.
El ciudadano extranjero, aseveró el fiscal, conociendo la orientación sexual de la víctima, aprovechó esta circunstancia para acompañarlo al mencionado motel.
Llegaron alrededor de las 5,20 de la mañana. Pidieron algo de beber, pero Londoño tenía claro lo que buscaba: matarlo, robarle dinero y su tarjeta de crédito.
La mucama llevó los tragos que entregó a través de una gaveta. La víctima fue quien pagó con tarjeta y mientras eso ocurría, la mujer captó que eran dos hombres. Uno con acento extranjero, entre venezolano y colombiano.
De ahí transcurrió un tiempo muy breve hasta que la encargada vio salir a alguien de esa habitación. En medio de la oscuridad una silueta hacía abandono de la dependencia, a las 6,15 horas. Algo despertó las sospechas en la mujer así que al rato fue a ver. Tocó la puerta de la habitación Nº1. Nadie respondió. Al final decidió abrir y se encontró con un hombre tendido boca abajo en la cama. todo ensangrentado.
Comunicó esto a la encargada y llamaron a Carabineros. La Sip fue la primera en llegar y corroborar el crimen. Pero la investigación recayó en la PDI.
Momentos previos
La revisión de las cámaras de seguridad arrojaron los primeros indicios. Las imágenes respaldaban los dichos de la mucama.
Pero una evidencia clave fue el “voucher”, o comprobante de pago, que encontró la PDI en la habitación del motel.
Correspondía al consumo de uno de los locales nocturnos donde habían estado, previo al feroz homicidio.
Antes de la una de la mañana la víctima estuvo bebiendo un schop en el Restaurante Rilán 1. La dependiente lo reconoció como un cliente habitual. Esta persona salió alrededor de las 2 de la mañana y volvió al rato acompañado del colombiano, con quien bebió cerveza. Media hora después pagó la cuenta con su tarjeta de crédito y salieron.
Cuando un familiar publicó en redes sociales fotos del fallecido, una de las mujeres del local nocturno lo reconoció como la persona que había estado en la madrugada en el Rilán con el extranjero. Por ello se contactó con la persona de la publicación para colaborar con la búsqueda del homicida.
Esta declaración fue de mucha ayuda, porque en algún momento tuvo una relación sentimental con el ciudadano extranjero y lo conocía. Sabía que estaba en situación irregular en nuestro país.
Luego de entregar el pedido de cerveza en la mesa, se acercó a un calentador e intentó escuchar lo que hablaban. Desde ahí captó cuando la víctima le dijo al extranjero que se fueran juntos.
Antes de marcharse, David (el colombiano) le contó a la mujer que estaba “empastillado” y que el hombre que lo acompañaba tenía plata en su tarjeta. “Y que por eso lo iba a matar, me lo reiteró varias veces”. Lo único que quería era su dinero y de ahí se fueron.
A las 6,27 esta mujer recibe un audio del colombiano, preguntándole si recordaba la clave de la tarjeta del cliente que había cancelado la cuenta.
Pareja
“Si, yo lo maté”, le confesó el colombiano a la pareja embarazada de siete meses, según declaración que ésta prestó ante la policía.
A Londoño lo conoció en febrero de 2023 y en mayo se fueron a vivir juntos, pero con el paso del tiempo la relación se complicó debido a que empezó a excederse en el consumo de droga.
La madrugada del lunes 22 de abril la buscó y envió un mensaje, diciéndole que tenía plata para que se fueran a vivir juntos.
Ella le preguntó de dónde había sacado plata. Cuando le dijo que tenía una tarjeta de crédito le vino a la cabeza el crimen del motel, porque había escuchado que a la víctima le robaron.
Entonces le preguntó derechamente si tenía algo que ver con eso. Y ahí fue cuando le confesó: “sí, yo lo maté”, porque le habían dado el dato de que el hombre tenía dinero. Y después de juntarse con esta persona, como puso resistencia lo ultimó.
A prisión
Frente a toda la evidencia que expuso el fiscal jefe de Punta Arenas, el juez Juan Villa acogió la solicitud de prisión y el imputado quedó en la cárcel, por el peligro de fuga, al no estar de forma regular en el país, luego de ingresar por un paso no habilitado y no tener arraigo familiar.
La medida la respaldó la abogada del Centro de Apoyo a Víctimas de Punta Arenas, Natacha Oyarzún.