Necrológicas

25 de octubre del presente y futuro

Por Juan Francisco Miranda Jueves 15 de Octubre del 2020

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Quedan pocos días para el 25 de octubre. Fecha que será histórica para los chilenos pues deberemos votar si aprobamos o rechazamos iniciar un proceso constituyente, y también la forma en que se conformará el espacio para redactar una nueva Constitución, la que deberá ser ratificada o rechazada en otro plebiscito posteriormente. Es la primera vez que en nuestra república el pueblo de Chile de manera participativa elaborará una Carta Fundamental, que debe ser como una nueva casa, donde todos nos sintamos parte de ese nuevo hogar.

Nuestro país se ha ido desarrollando y ha ido creciendo, pero, al igual que una familia en una casa, que con el paso del tiempo se va quedando pequeña, y que sin cambios oportunos se van generando problemas de convivencia, hoy debemos enfrentar con alegría este nuevo desafío para vivir mejor. En este caso, no hay tiempo para esconder los problemas bajo la alfombra, ni espacios para distraerse, pues ya no bastan parches o reparaciones menores para evitar que la casa se venga abajo. Muchos de los problemas de nuestra sociedad dicen relación con la acumulación de frustración que genera la injusticia, la arbitrariedad, la inequidad, el abuso de poder, y la impunidad que han afectado la confianza, la fe pública y la confianza de los chilenos. A estas alturas creo que son muy pocos los que no han querido ver los problemas que tenemos.

Es cierto que la confianza ha sido dañada por actos, conductas y acciones de poderes económicos y políticos, individuales e institucionales, y que en tiempos difíciles como los que vivimos, es aún más difícil mostrar y desear esperanza hacia un tiempo mejor. Pero el proceso que se inicia al aprobar en el plebiscito del próximo 25 de octubre, nos permitirá debatir, discutir y pensar en los principios que inspirarán una nueva carta fundamental y la forma de organizar el poder del Estado y como se relaciona con las personas.

Para algunos quizás existe temor de que este proceso sea sinónimo de caos y con ello aparezcan miedos ante la incertidumbre. Para otros, dentro de los que me incluyo, este proceso es sinónimo de sueños y esperanzas para hacer posible una mejor sociedad, donde la dignidad del ser humano no sea un bien de consumo o que dependa del poder económico con uno tenga. Es la oportunidad de que entre todos diseñemos y comencemos a construir una casa nueva, donde todos seamos bienvenidos, donde todos como mínimo podamos dormir bajo un techo seguro, tener un lugar donde comer, recuperarnos ante una enfermedad, y desarrollarnos como seres humanos, colocar nuestros talentos a disposición de una sociedad cuyo mayor valor sea la persona, aspirando a tener una vida buena.

Este año ha sido difícil producto de la pandemia, y sus consecuencias también han mostrado como ante una tormenta no todos tenemos las mismas condiciones para enfrentarla. Es cierto que sería utópico pensar que todos quisiéramos vivir de igual manera, porque nadie es igual a otro, pero al menos constato que para tener una convivencia nacional que nos permita vivir mejor debemos garantizar condiciones mínimas para vivir con dignidad, y eso es la esencia de lo que debe tener una Constitución.

Estoy seguro de que este próximo 25 de octubre volveremos a construir una hoja más en nuestra historia democrática. Sin miedo a la democracia y a la participación, sin violencia, sin chantajes, sin campañas del terror. Con respeto, con amor al pueblo del que somos parte, con esperanza en un futuro mejor sin exclusiones de ningún tipo. Yo estoy por el “Apruebo” y por una “Convención Constitucional”, pero si tú tienes otra opción la respeto, porque creo en una democracia real para Chile. Lo esencial y fundamental es ejercer nuestro derecho cívico.