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– Higinio López Sillard

– Cremilda del Carmen Márquez Vargas

– María Nahuelquín Barría

Historias de “Ases del Volante”

Lunes 18 de Enero del 2021
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En febrero de 1971 se inauguró el actual autódromo de Cabo Negro, en un hito que fue importante para el automovilismo magallánico.

En una nota realizada por nuestro diario, previa a la inauguración, señalaba que “cuando se habló de la construcción de un autódromo en Punta Arenas, muchos lo creyeron una utopia. Era un sueño prácticamente irrealizable por lo elevado de su costo”.

“Muchos dijeron ‘a lo mejor van a construir un simple potrero para dar vueltas’. Eran frases desdeñosas que los dirigentes regionales se echaron a la espalda. Ellos tenían fe en la empresa, querían hacerla. Y querer es poder”.

El dirigente Mateo Karmelic, por esos años presidente de la Asociación de Volantes de Magallanes, consiguió en comodato los terrenos y posteriormente golpeó las puertas en ese tiempo de la Corporación de Magallanes (Cormag) para el financiamiento de los trabajos que, tras estudios de la Dirección de Obras Públicas Zonal, se evaluó en 580 millones de escudos para lo que correspondía a los trabajos de la primera etapa de la obra.

Los trabajos estuvieron a cargo del contratista Fernando Rubín, realizándose en un corto tiempo lo que permitió su inauguración para comienzos de febrero de 1971.

Junto a las obras sobre el trazado del circuito, también se construyó una tribuna oficial para las autoridades e invitados especiales y una caseta para el control de las carreras.

Finalmente se inauguró el 7 de febrero de 1971 y donde es reconocido Mario Vitelle como el primer ganador en la Turismo Carretera.

Pero a las pocas semanas después se disputó una nueva jornada de competencia, de la que Humberto Cárcamo Wells, un aficionado al automovilismo cuenta un hecho poco conocido.

PRIMER MARTIR

Un duelo impresionante se vivió el 23 de marzo de 1971, durante el desarrollo de la segunda carrera disputada en Cabo Negro, entre Humberto “Betota” Vera con el Ford Taunus y Mario Di Massimo, piloto argentino con una Coupe Fiat 1500, en la categoría de los 2.000 c.c. y en el circuito largo de Cabo Negro.

En el transcurso de la carrera, cuando ambos disputaban el segundo lugar, Di Massimo volcó con graves consecuencias.

Debido a las lesiones fue derivado hasta el hospital Regional para posteriormente ser trasladado a Río Gallegos, donde falleció días después a causa de las lesiones sufridas en el accidente.

“Betoto” Vera logró llegar a la meta con un neumático reventado, el que adornó por mucho tiempo la barra del restaurante “Ñandú” de su propiedad que se ubicaba en la calle Waldo Seguel.

El ganador de la fecha fue “Leo” Turina quien corrió con su Opel. Las transmisiones desde Cabo Negro ese domingo las realizó la Radio Polar, con la conducción de Francisco “Pirulo” Oyarzo (padre) y Alfonso “Cocho” Cárcamo”.

Humberto Cárcamo Wells

GPH PARA OLVIDAR

Con (Víctor) “Pipo” Avendaño nos aventuramos para viajar a Río Grande y ver el Clasificatorio (del Gran Premio), pero ya en Tierra del Fuego volcamos justo a la altura de la estancia Springhill, llegando a Cerro Sombrero.

Después de volver a quedar con las cuatro ruedas en el piso decidimos seguir sin vidrios y con una temperatura de ocho grados bajo cero arribando a Río Grande.

Llegando nos gastamos el poco dinero que teníamos en comprar una mica para cerrar el auto y en la noche nos fuimos al casino para intentar recuperar algo de dinero, perdiendo finalmente lo poco y nada que nos quedaba.

Sin un peso fuimos a dormir al TF-1 (terreno ubicado en las cercanías del autódromo en Río Grande), donde había un barrial, corría el agua por los surcos.

De pronto, a medianoche, pasa un (Fiat) Duna a piso y quedó enterrado en el barro, intentamos sacarlo sin éxito hasta que una camioneta Ford chilena logró sacarlo luego de un largo trabajo después.

Al otro día despertamos y estaba lleno de gente, “Pipo” sacaba fotos para su emergente medio tuerca mientras yo grababa y para redondear ese gran fin de semana con el barro murió la filmadora”.

Cristián Ascencio Ojeda, navegante de rally, ganador del Gran Premio 2018 y 2019.

PASION TUERCA

La pasión por los autos viene conmigo desde siempre. Mi familia vivía la Hermandad como una fiesta donde nos preparábamos con tiempo para disfrutarla de inicio a fin, íbamos a Las Mercedes, a la Punta de Diamante o a la largada.

Llevábamos cuaderno, lista de corredores, lápiz, radio, binoculares y cosas para comer, mientras que los que se quedaban en casa escuchaban por radio la carrera.

Llevábamos los datos de cada tripulación y nos sacábamos fotos con los maravillosos autos. Días antes pasábamos con mi mamá por los talleres para ver los autos, disfrutábamos de esos días.

Fue una infancia increíble. Ir a ver las carreras al circuito, escuchar la radio y votar con las luces desde el cerro (por el mejor piloto). La más linda era la carrera (tipo) espejo.

Sólo quedó pendiente nuestra carrera con mi mamá. Íbamos por la Hermandad… Un sueño mágico que teníamos… Pero ella partió… Dejando en mi ADN su pasión por las tuercas.

Con el paso de los años logré un sueño que fue cronometrar el rally con un equipo maravilloso de personas con quienes aprendí mucho, trabajar en comisión con mi esposo en diversos rallys y disfrutar el verdadero rally, ver esas caras de las tripulaciones al ver sus tiempos, al llegar al stop tras terminar el prime… O al iniciar sus prime ilusionados. Simplemente emocionante…

Ojalá volvamos pronto por que se extraña mi deporte favorito… Amor eterno al RALLY. Gracias al equipo continental por tantos kilómetros en rally. Son geniales.

Carla Vega,
cronometrista.

EL ATREVIDO

Mis comienzos en el automovilismo fue en la primera versión de Las Tres Horas de Puerto Natales como preparador y copiloto de (Berislav) “Coto” Brstilo y (Francisco) “Pancho” Aguilar, participamos con un Toyota Starlet que había pertenecido a Oreste Bonicciolli.

Después continúe preparando el Toyota Starlet con el que corrió “Coto” Brstilo en la primera temporada del asfalto en Cabo Negro y a la vez preparaba y acompañaba a Alejandro Domic como copiloto en el Turismo Carretera que trajo de Río Gallegos y que actualmente posee (Manuel) “Pacín” González.

Con Alejandro Domic participamos también en el Gran Premio de la Hermandad en la categoría “A” con un Austin Mini 850 c.c., acompañándolo como copiloto en dos oportunidades.

También corrí como copiloto de Alejandro Domic en el Campeonato Nacional de Rally en el año 1985, que en ese tiempo se denominaba “Rally Belmont”, donde participamos con un Suzuki Fronte 800 c.c.

Ganamos en nuestra categoría la primera fecha que se corrió en Puerto Montt y quedamos decimotercero en la general, posterior a esto preparamos un Fiat 125 y corrimos también con Alejandro en “Las Tres Horas de Puerto Natales” donde no terminamos porque nos dimos vuelta en el sector de Cerro Pancho. Esa fue mi última carrera.

Onofre Hernández, mecánico, copiloto y
navegante.